Tengo la costumbre narcisista de ir constantemente a peinar mi cabello frente al espejo, es curioso, pues cada que me miro al espejo veo una persona totalmente distinta a la que veía reflejada hace unos meses, con sus ojos llenos de esperanza e incluso una sonrisa, y ahora de solo verme siento lastima de mi mismo.
Ella prefirió a sus amigos y dejarme a un lado, pues según ella le causaba problemas con ellos, son cosas de las que no creo hablar en este escrito pues su inmadurez no vale la pena resaltar, pero este motivo me hizo reflexionar en quien soy yo realmente, y me di cuenta que puedo llegar a ser una persona realmente mala a pesar que mis valores y pensamientos tan cimentados como siempre los he construido estén allí presentes. Cuando decidió no querer estar a mi lado le exprese con rabia y dolor todo lo que sentía, lo único que desee fue que encontrara una persona igual a ella, igual de fría, de orgullosa y mentirosa, que la hiciera sufrir tanto como ella lo hizo conmigo, pensaba que no era capaz de decirle todo eso que le dije aquel día, pues para mi siempre fue incorrecto el desearle el mal a las demás personas, pero siempre había estado equivocado y recién me daba cuenta de que no era la primera vez que lo hacía. Cada vez que alguien me ha herido me he dejado llevar por la rabia y la venganza sin medir las consecuencias. Hace unos 5 años estuve con una chica que tampoco supo valorarme, dure mucho tiempo sufriendo por ella y recuerdo muy bien que un día decidí devolverle un poco de lo que sentía, le dije que había estado con su mejor amiga mientras estaba con ella, lo cual no era verdad, pero quería que se sintiera mal, que pagara una pequeña pizca de lo que sentí. Mi insaciable deseo de tomar la justicia por mis propias manos, y no hablo de acciones físicas, pues para derrumbar murallas bastan solo unas palabras, y es algo que tengo muy claro en mis momentos de dolor, no soy quien realmente soy. He llevado personas al exilio, a la soledad, al sentirse carcomidos por su propia conciencia tras haberse atrevido a herirme y para ser sincero, no me arrepiento de hacerlo, no me arrepiento de ser una persona diferente en el reflejo de mi dolor.