Doce días han transcurrido desde que ella me dejó.
Los primeros días fueron dolorosos y confusos. Pero desde el cuarto día, los siguientes y hasta hoy mis sentimientos se fueron de sabático. Ya no siento nada malo, ni sobre todo nada puro y bueno.
Tal vez esa habilidad mía de encontrar las risas en cada desgracia, tal vez mi crecimiento en los niveles del pensamiento, tal vez mis amigos, tal vez las supersticiones, tal vez el cambio de rutina forzado, tal vez la culpa que me invade, tal vez mi autocompasión, tal vez mi deseo tan profundo de poder reiniciar mi vida volviendo a pisar mis huellas, tal vez el odio, el amor y el orgullo
Nada que una regresión polinómica no pueda ajustar al modelo con las variables precisas, el número adecuado de significancias para explicar el comportamiento de un corazón roto y una mente desgastada en esta realidad tan convulsa.
No pasaron más que unos pocos días para que Bogotá me recordara por qué la desprecio con mi alma. Tengo miedo de salir a la calle.
Me siento viviendo mi propia vida una década atrás, y me hace sentir bien. Quizás ésta es la oportunidad de hacer tantas cosas que debí haber hecho en mi juventud, vivir la vida desde una perspectiva y unos ideales diferentes a los que siempre me regí.
En los primeros días, cualquier cosa que hacía me recordaba a ti, hasta peinar mi cabello...
Aún siento miedo de cualquier estruendo cercano, este impulso tan fuerte de levantarme y gritar tu nombre esperando a que estés bien.
En las madrugadas todavía me despierto sin razón aparente, me volteo y ya no estás a mi lado. Volví a tener sueños por las noches, son todas aquellas emociones y pensamientos que no he podido expresar durante el día. El odio y los deseos profundos buenos y malos, producto de las maquinaciones que no han parado desde que mi vida ya no es igual. Ya no hay nadie a quien expresarle mis sentimientos más sinceros, la razón de estos complejos teatrales nocturnos.
Me quita una carga de encima saber que por fin te libraste de mí y de mis tristezas, eso me ha dado tranquilidad. Pero a la vez también pienso que no vas a encontrar a nadie que te dé las pocas cosas buenas que yo tenía. Me pregunto si encontraré alguna vez a alguien que me valore, en las buenas y en las malas.
Me alegra que pienses que eres una persona maravillosa, porque así es. Me alegra que pienses que el futuro aún puede seguir hacia la meta de cumplir tus sueños, que crees tan alejados de los míos. No hay ninguna necesidad de que te detengas, yo no estaré para interferir en tu tranquilidad diaria. Hay muchas cosas que ya te he escrito y qué tal vez aún no lo sabes porque te falta escudriñar. Con todo mi corazón, en verdad espero que encuentres ese trato especial que quieres y te mereces. Vive tu vida, que yo viviré la mía.
Los días en los que he sentido una profunda tristeza, con el pasar del día se transforma en odio, y no encuentro mejor tarea que destilar veneno por cada poro, especialmente cuando me encuentro en soledad.
Mis amigos me han ayudado a sacar lo más turbio de mi mente, lo que siempre por voluntad y amor aislé. Un buen baño de sociedad.
Lo comprendo y lo acepto. Quizás todas estas cosas también debo vivirlas aunque no me parezcan correctas, porque al final de todo, también hacen parte de mi.
Ya no tengo nada que perder. Estoy dispuesto a someter a un castigo mental a todo aquel que se haya atrevido a hacerme daño. La crueldad es una herramienta que manejo con destreza, y no necesito mover ni un solo dedo, ni decir más que unas cuantas palabras para tirar los dados y ver el miedo en los ojos de mis enemigos. En este sitio yo juego de local y tengo la capacidad de enseñar un poco de historia, haciendo una pequeña demostración de cómo terminó la segunda guerra mundial. Ya saben, por eso de que en los pueblos a los niños ya no les enseñan historia. Yo soy un grande y no voy a dejar que nadie me pisotee. Pide perdón.
Me dolió ver que ni una lágrima soltaste mientras me decías que ya nunca más íbamos a volver a estar juntos. Me dolió ver que hasta el final preferiste apoyar a cualquiera menos a mí, por más injusto que fuera. Yo no tengo problemas ni guardo rencor hacia ti porque te amo, pero tu eras la persona que podía evitar, actuando como puente, un conflicto tan desproporcionado como el que se va a desatar... tal vez ya, tal vez mañana... quien sabe.
En fin, también quiero retomar los lazos que corté por mi compromiso.
Los recuerdos en que a mi lado tu solías caminar, al final puede ser... que al mirar en mi mente ya no estén.
Y ahora me enfrento a la verdad de la que antes me ocultaba por el miedo al futuro.
Hemos de creer que nuestra fuerza alcanzará para crear otra historia, otro final...
Tal vez soy más maduro que la última vez que pasé por esto. Veo las cosas con más claridad y de manera más razonable. Por eso haré todo lo que sea necesario para sanar, así la solución sea dejar a todo y a todos atrás. Desde hace mucho tiempo que me he caracterizado por solucionar las cosas con dureza y drasticidad, pero hasta el momento, no ha habido una sola ocasión en la que no me haya funcionado.
Nunca me cansaré de ser bueno con las personas y buscar su felicidad, aprovechando las pequeñas ocasiones en las que se cruzan nuestros caminos. Sin embargo, por primera vez en 27 años haré algo por mí y voy a buscar mi verdadero camino, nadando a contracorriente si es necesario, todo con tal de encontrar mi propia felicidad.
No importa cuan loco me crean todos, me mantendré firme y me mantendré en pie. No quiero ser sólo uno más. De esta vida llevaré mi libertad.
Cada día somos una persona diferente a la que fuimos en el ayer.