miércoles, 8 de marzo de 2017

Marzo 7

... Y así una vez más sentí la felicidad... por más inclemente que fuese la tormenta estaba riendo en su gélido abrigo, sin importarme ya nada.
Cansado y con el agua hasta los tobillos deseaba sentarme y escribir mis monótonas alegrías... pero preferí contarle mi día a ella. 

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