Los últimos días que pasé en Yopal no fueron muy distintos a los demás, salía con mi primo en su bicicleta hacia la ciudad en busca de mis pequeños vicios frutales, fue una muy buena idea haber llevado mi viejo reproductor de Mp3, eso de ir cantando mientras disfrutaba de la brisa en los paseos en bicicleta era realmente reconfortante, luego iba a alimentar a los perros de mi abuela que cuidaban su casa en su ausencia y luego dormía un rato en lo que mi primo jugaba en el computador y ya en la noche regresábamos a la casa de mi tía y me echaba a ver televisión; es malo tener percepciones no tan claras de uno mismo o más bien no tan actualizadas pues desde hace años la tv no me entretenía y por eso dejé de verla, pero estas semanas que estuve allí me di cuenta que actualmente me puedo entretener mucho más fácilmente de lo que yo creía, creo que en el pasado me limitaba a tareas muy especificas pero parece que las cosas han cambiado sin haberme dado cuenta. Llegó el día en que iría a la finca en Maní, mientras iba en el bus recordaba todas las cosas que había vivido la última vez que viajaba para ese lugar, recuerdo que conservaba esperanzas en un amor irreparable con ansias de ver un mundo en un estado más natural de lo que estoy acostumbrado y que al final terminó cumpliendo mis expectativas, todo este mundo siempre lo quise compartir con ella, ligado a mi teléfono celular y a la limitada señal de internet que me podía comunicar con ella en las noches, se que nunca sabrá del empeño que coloque por ese tiempo en impedir que se sintiera sola, fue bastante y muy seguramente una carga pero no me importaba, comparando las cosas que viví reciente, estuve tranquilo y más despreocupado de todo, y de las cosas que pasaron en Julio de solo pensarlo sentía un peso en el cuello. Llegué a Maní y entré a una tienda cercana a comprar una bebida, vi la piel de un gran felino en la pared de allí, sentía una decepción pero no me impresionaba a fin de cuentas, la gente por allí tiende a ser ignorante en el aspecto conservacionista, estuve al toque de dejar tirada la compra solicitada al ver esto pero no fui capaz, supongo que aún me falta mucha decisión y carácter en casos como este. Luego llegó mi prima y me llevo a donde me esperaba mi Abuela, se alegraba de verme y me reprochaba el no haber viajado una semana antes pero al fin y al cabo me comprendía, después de eso compramos algunas cosas que se necesitaban en la finca del pueblo y emprendimos hacía la finca, es un tanto alejada por lo que nos tomaría unos 30 o 40 minutos llegar, iba escuchando mi música con más volumen del habitual pues mi prima y su novio llevaban su música en la camioneta, como las anteriores veces que había venido me sentía fascinado por el paisaje natural y casi perfecto que me ofrecían los llanos orientales de Colombia, en eso veo que comienza a lloviznar, llovizna que opaca las terribles ganas que me invadían de ir al río, pues siempre que llueve el río crece y va más oscuro de lo que debería, no es nada recomendable, por experiencia propia lo se, la última vez que me sumergí en un río "crecido" terminé enfermo por varios días. Al estar por fin en mi destino me dispuse a reconocer las cosas que habían cambiado desde hace 6 meses, la casa se veía más completa con los arreglos que le habían hecho, estaba todo más organizado, no recuerdo si aquella noche antes de dormir me di un baño pero algo si debo dejar muy en alto y es ese momento tan común pero que allí las cosas cambiaban bastante ya que la ducha era fuera de la casa y totalmente descubierta por lo que un baño en aquel clima cálido con la refrescante agua y un cielo totalmente estrellado sin la contaminación lumínica de las ciudades terminaba siendo un momento muy satisfactorio y digno de resaltar. Comparado a la vez pasada agradecí muchísimo la ausencia de mosquitos, que supongo que por ser "verano" no eran tan propensos a reproducirse sin las pequeñas charcas que se formaban por cualquier lugar, lo digo porque siempre he sido un manjar para estos animales, así que son una tortura cada que salgo de Bogotá, los días pasaban en lo típico de mi, dormir hasta medio día, alistarme y hacer el tonto o perecear viendo tv y ya luego ayudaba con algunas tareas de la finca, alimentando a los cerdos, en esta tarea tenía unos protegidos en particular, los animales del grupo variaban en su tamaño por lo que a la hora de darles comida los más grandes comían más y no le dejaban gran cosa a los más pequeños viendo esto tenía que tomar cartas en el asunto, así que a veces cuando pasaba cerca a su corral tomaba algunas frutas que habían caído de los arboles (Casi siempre eran Guayabas) y buscaba al más pequeño del grupo y lo alimentaba, al final le di tantas frutas que termino haciéndome caso cuando lo llamaba particularmente a el, "Chiquilín" le decía. Otra de las tareas que ayudaba era a devolver a las vacas a su corral luego de que estuvieran pastando todo el día, los primeros días fueron sencillos pero luego se pusieron algo rebeldes pues una Vaca que no había salido antes con todo el grupo ahora si estaba presente y por lo que pude percibir era una especie de "Matriarca" para el rebaño, tenía los cuernos más largos y era de un color diferente, siempre que mugía o se dirigía hacia un lugar era bastante notorio que la actitud general de todas las demás vacas cambiaba, era un poco más agresiva y debo confesar que le tenía miedo, es raro que un animal te mire fijamente y por lo que tengo entendido esto es una señal desafiante, por eso nunca hay que mirar fijamente a los ojos de los animales, es una señal que por instinto todos asimilan, incluso los humanos. Cuando concluíamos esta tarea o en medio de ella podíamos disfrutar de una de las cosas más bonitas que tiene el Llano, sus atardeceres! son realmente increíbles, los más bonitos que en ningún otro lado encontrarás. Con el pasar de los días y las lluvias constantes podía notar la ausencia de mi primo, estoy seguro que de haber viajado con el sería más activo, hubiera salido a explorar los alrededores e incluso ir al río aunque fuera solo a echarle un vistazo, también me hizo mucha falta mi cámara, la última vez fotografiaba todo lo que se me cruzaba, esta vez solamente pude apreciarlas espectandolas nada más, y así pasaron los días hasta que llegó la hora de volver a la capital, no me hacía tan feliz este evento pero debía hacerlo, tareas me esperaban en Bogotá las cuales tenía el deber de cumplir si o si. Volví a Yopal y pase una noche allí antes de tomar rumbo a Bogotá, en la mañana un pájaro que todas las mañanas llegaba a golpear a mi ventana llegó como siempre, era amarillo y de alas verdes o azuladas, era bastante curioso, siempre picoteaba varias veces el vidrio de la ventana y se quedaba viendo hacía dentro de la habitación, lo repetía cada día sin falta a veces despertándome con este ruido.
En el terminal me despedí de mi tía, al ver las cosas que yo mismo hacía, recordaba cuando muchos años atrás dependía mi viaje de que mi madre también lo hiciera y aquel día caía en cuenta que todo había cambiado mucho en los últimos años, ahora estaba solo con mis dos maletas y mi música, tomando viajes de 9 horas como si fuera cualquier paseo en la ciudad de un corto rato, sin ese vacío y temor que causa la soledad, siendo feliz a mi manera y viajando en busca de lo que me devolviera la paz, supongo que es lo que tiene madurar, pero el hecho de que las cosas pasen sin caer en cuenta de ello las hace más especiales. Por fin volví a Bogotá luego de más de 9 horas de viaje, volvía a sentir el frío de la capital algo más fuerte de lo que recordaba, tomé mis maletas, estaba cerca a la media noche y esperaba en una extensa fila un taxi que me llevara a casa, todo pasó imperceptible y ya estaba en casa de nuevo, todo seguía igual, mi abuela esperaba mi llegada, le conté algunos pequeños detalles del viaje y me dispuse a ponerme al tanto de lo que había pasado en internet durante estas dos semanas, mis amigos y amigas me habían extrañado, fueron muchas cosas por ver y mensajes por responder y al rato ya sentía que mi cuerpo me pedía sueño a gritos, estando en mi cama no tarde casi nada en entrar de nuevo a los reinos de Morfeo a esperar el nuevo día.
Sean Felices.
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