Hace un rato me encontraba hablando con mis amigos en el bus de regreso a Bogotá, lo que acontece en mi vida recientemente me ha tornado existencialista (más) y más negativo. Puntos importantes a destacar de lo que reflexioné con ellos es que me está afectando bastante el estar pensando en mí futuro sentimental, empiezo a barrer el suelo con mis ánimos gracias a las típicas visiones de fracaso y soledad engendradas quizás por la probable falta de autoestima que ha venido creciendo desde hace meses en mí. He seguido hablando con Grazia pero lamentablemente con conversaciones monosílabas y aplazadas, ésto me desanima en parte pues parece que nunca pude conseguir reparar ni al menos un poco los daños tras la aparición de Alison, me siento inutil al no poder hacer de su corazón un lugar estable nuevamente, en verdad me molesta equivocarme una y otra vez, y lo peor realmente está en los errores que han trascendido en el tiempo como éste que hoy revivo; me duele y hace una vez más decepcionarme de mi mismo. Otra cosa de la que hablamos en el bus ha sido sobre el tiempo y nuestros propósitos en la vida, básicamente los ideales que daban fruto a partir de nuestra experiencia pero que aún así permanecen incompletos, en algunos casos, con la ausencia de un motivo real o que al menos nos haga sentir que valga la pena su mera existencia. Ahora mismo me queda 12% de batería y estoy escribiendo más rápido de lo usual por ésta razón, tengo una entrada WIP (work in progress) pero necesitaba escribir ya mismo para evitar que mis reflexiones y pensamientos se los llevara el viento. He empezado a sentir ligeros odios por puro instinto protector en el primer caso; a Kevin lo ha empezado a fastidiar un tipo del siguiente semestre de nuestra carrera, problemas entre terceros y sin una justificación en lo absoluto lógica viene a joderlo buscando peleas sólo porque cero (tenía que hacer el chiste), me enoja bastante pero no lo suficiente como para hacerme intervenir, lo malo es que está muy cerca de rosar esas condiciones y es en ese momento en el que salen a pasear mis guerras internas, deseo siempre que mis allegados estén felices y tranquilos, también que yo esté lo más alejado posible de problemas en los que estén involucrados más de dos personas (incluyéndome en ésos dos), pero cuando se presentan cosas como éstas ya parece muy difícil seguir ambas reglas y toman prioridad mis seres queridos, lo malo de todo ésto es que conozco bien mi temperamento y de llegar a romper el tan grueso hilo de mi paciencia las cosas van a ser todo menos bonitas, me parece interesante que ya esté contemplando las posibilidades de que llegue a hacer algo así por personas que conocí hace poco tiempo, pero la razón es sencilla y lo repito: mis amigos son geniales. El otro caso de odio viene siendo con mi propia persona y es por varias razones, la principal es el tener la sabiduría en mis manos y sin pudor estrellarla contra el suelo en lugar de alimentarme de ella como se supone que debería hacer, por lo que me siento un total idiota en muchos aspectos de mi vida; la segunda y ésta si que es dolorosa es ver como pierdo el tiempo, el cómo actualmente sufro por la necesidad de éste y pensar que hace un año gozaba de todo el tiempo del mundo, quisiera más tiempo para dedicarle a mi familia, a Zack y hasta a actividades más productivas pero simplemente ya no se puede y me toca jugar con los recursos disponibles... aunque tampoco es que sepa aprovechar éstos pequeños fragmentos, lo más triste es que cada día se vuelve más preciado el tiempo y más aún mis tiempos vividos, tan brillantes con cada vistazo al pasado me doy cuenta de lo tonto que he sido toda la vida.
Todas éstas malas vivencias y falta de felicidad-instantanea tal vez las hubiera podido solucionar a tiempo si en su momento decidía tomar el camino fácil y vivir lo que tenía que vivir en mi adolescencia sin andar preocupado del futuro, amoblarme a la sociedad y ser uno más, creo que esa era la correcta manera de mantener el equilibrio en mi vida, pero tuve la brillante idea de salirme del guión y aventurarme a improvisar. Ya no hay marcha atrás y la manera de verme de Vanesa toma cada día más sentido "Un anciano encerrado en el cuerpo de un niño" un anciano que no aprendió nada en su extensa vida a medio armar y reciclada, es tarde para arrepentirme y hay que vivir pues no hay de otra.
Sean Felices.
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