La canción que siempre tocaba mientras recorríamos los mundos juntos, me había traído malos recuerdos durante mucho tiempo, pero creo que eso ya terminó.
Creí que nunca llegaría a vivir de nuevo un fin de semana festivo, recuerdo que hace 3 años y medio cuando estaba en el colegio (¡¡Carajo!!! ¿en que he quemado mi tiempo?), los festivos aparecían de la nada y constantemente, este año creo este ha sido el único que me ha servido en el calendario y lo peor es que lo tengo que usar para estudiar y hacer trabajos, aunque conociéndome sé que estaré apurado el lunes por andar de vago. En fin, esta semana fue de nuevo una de esas en las que llego al punto de perder toda mi paciencia y esperanza en casi cualquier escenario que esté montado en mi mente, recordar cada cosa que debí haber hecho para evitarme tantos problemas, de los cuales era consiente que aparecerían de no portar responsabilidad y visión de juego, en el fondo soy más complicado de lo que muchas personas creen, pues soy absolutamente perfeccionista y me dejo llevar por la angustia cuando las cosas no salen como yo deseo, hasta por cosas mínimas como los problemas simples de mis allegados. Eso de querer un mundo lleno de armonía es algo que me está jodiendo y no es solo eso, si no que no tengo la suficiente voluntad para hacer que así sea, he llegado a pensar que mi mente es el propio concepto de contradicción con vida. La vida en la universidad en esta semana fue bastante extraña, pudo ser mucho mejor y a la vez tuvo cosas muy buenas, la clase de biología me recuerda en parte porque es que amo lo que estoy estudiando, pero cuando aparecen las clases que no me motivan (química y matemáticas) me vuelvo un pozo de negatividad, en verdad desearía que mis profesores (más por química que por matemáticas) me transmitieran el amor por la materia, nada es mejor que alguien que puede compartir toda su pasión por lo que sabe hacer, aunque tampoco es su culpa, a veces simplemente no se dan las cosas por el entorno y lo que acontece a causa de terceros. Recuerdo a la profesora Valeria de la Tadeo, una amante de las arañas totalmente increíble, alguna vez en la que me encontraba muy mal por las cosas que estaba viviendo en ese entonces que fue probablemente el peor momento de mi vida; acudí a ella pues sabía que era muy comprensiva y me daría su opinión acerca de lo que buscaba, le dije que todo me estaba saliendo mal y no era porque yo quisiera que fuese así si no porque había caído en un laberinto creado por otras personas y en parte por mis propios sentimientos, mis notas habían bajado muchísimo y por ese entonces empecé a dudar de que la biología fuera lo mío pues no tenía en cuenta lo que el egoísmo y el orgullo de los demás estaban causando en mi vivir, le conté todo esto y algunas de las cosas que me atormentaban y lo último que le mencioné fue "yo siempre he sentido que ésto es lo mío, lo que realmente me apasiona, pero ya no se que es lo que pasará" a lo que me respondió "yo también estoy convencida de que esto es lo tuyo..." Fueron esas palabras las que me devolvieron el aire y me hicieron volver a apreciar la luz de los amaneceres, volver a creer en mi futuro al saber que un ejemplo a seguir como lo es ella confiaba en mi, una persona tan entregada a lo que ama y que siempre nos donaba a sus estudiantes esas chispas de fascinación por la vida sin pedir nada a cambio, de ese tipo de personas que muy poco se encuentran, que ven las maravillas en cada ser que no cualquiera aprecia o siquiera pueden distinguir.
Hace algún tiempo hablé acerca de haber encontrado lo que me faltaba para volver a estar completo, eliminar el odio y el rencor de mi vida fue de lo que me hablaron mis sueños, y a través de los meses he empezado a aplicarlo, sabía que para volver a amar tenía que dar éste paso y poco a poco lo he entendido, ya no siento ningún odio por Alison y he aprendido a conservar los buenos recuerdos y a barrer los malos de mi mente, aunque aún me causen algo de tristeza y nostalgia las cosas que compartíamos en ese entonces ya he aprendido a aceptar en dónde es que se encuentra realmente mi tranquilidad, y es en mí mismo; pasaron 10 meses para que ésto ocurriera y recuerdo mi pasado más lejano, y estoy seguro que de ser el de ése entonces las cosas hubieran tardado mucho más en volver a estar en paz. No hace mucho le pedí a Diego que me consiguiera un juego, "Starbound" no se con certeza si hablé de él en alguno de mis escritos, pero hoy al volverlo a abrir me he llenado de una inmensidad de buenos recuerdos, estaba en el menú de creación del personaje y en cuanto coloqué la raza "Novakid" mis memorias viajaron a cuando exploraba los planetas con Andi, cuando nos reíamos de las cosas que sucedían y nos ayudábamos mutuamente a avanzar en el camino, la música de fondo y los recuerdos me dictaban que tenía que volver a crear mi personaje exactamente como era cuando jugaba con ella. Aunque eran pequeños momentos y en un juego, para mi siempre han sido muy valiosos; es probablemente el juego perfecto, tiene todo lo que me fascina y con el valor añadido de ser parte de una de los buenos fragmentos de mi historia que siempre quiero recordar.
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