viernes, 22 de enero de 2016

La Cadencia de un Arma Conocida

Hoy termina la primera semana de estudio "oficial" en la universidad, lo más sobresaliente que me ha dejado ha sido unos buenos días de entretenimiento y unas quemaduras en la cara por el penetrante sol del campus cundinamarqués. Esa rutina de aplicarme cosas (como un bloqueador solar) no va conmigo, supongo que no soy el más aplicado en ese aspecto pues si empiezo a seguir alguna por el estilo tarde o temprano termino olvidandola y por consiguiente sufriendo las consecuencias de mi irresponsabilidad conmigo mismo. En fin, he pasado estos últimos diez días que no he pasado a escribir aquí ocupado con el apretado horario que me asignaron (Eso de llegar por las noches a la casa no es algo a lo que esté acostumbrado) y saltando de casa en casa, de norte a sur, de sur a norte, de flota a alimentador, de alimentador a transmilenio, etc etc. El asunto del transporte se ha tornado mucho más estresante por lo que comentaba en Simulacro de Angustias, pues gracias al ilustre Kike Peñalosa nuestro visionario alcalde, el transmilenio es mucho más costoso desencadenando eso en otras pequeñas pero hermosas desgracias para mi bolsillo, comentan que este es el año de las vacas flacas, pero yo para ser sincero las veo un poco más inclinadas a la anorexía en plena agonía y eso que apenas van tres semanas. El agobiante e incierto futuro cada día da más pistas de lo que podría revelarse ante nosotros tras estas evidentes aberraciones hechas por aquellos que mi pueblo ha escogido para manejar la batuta política, no pinta nada bien, pero como siempre he dicho hay que estrellarse contra el muro para finalmente aprender con puntos y señales como es que son las cosas, "entre más grandes son más fuerte les pego" diría mi estimado Rumble aplicandolo a la estupidez colectiva.
Me han asignado bastantes trabajos en la universidad, y destacando uno en especial: mis viejos conocidos informes de laboratorio, que en otros años de solo escuchar su contenido me empezaba a susurrar cosas al oído mi promiscua procastinación, pero este no fue el caso por suerte, la experiencia me hacía sonreír y tomar las cosas con tranquilidad y total cotidianidad, como si ya estuviera acostumbrado al ritmo, que no es así pero es una cadencia conocida ya, un ritmo interesante.
Al final he optado por vivir en el sur, vivir con mi madre no es saludable para ninguno de los dos, ella con su propio mundo de agobios sin sentido respecto a mi estancia y yo con sus prohibiciones y barreras a cosas tan básicas para mi desarrollo académico como lo es una simple linea de internet, no fue fácil dentro de lo que su relatividad concierne, me encontraba en el portal de transmilenio, me dirigía común y silvestre hacía el alimentador que me llevara a la casa del norte, pero frene un momento y me puse a pensar en que si realmente quería comenzar con el pie derecho debía organizar las cosas más simples y tangibles tan pronto me fuera posible, porque de pequeños problemas se forman los dolores de cabeza y es lo que más quiero evitar en esta etapa de mi vida. Fue triste la verdad, me estaba empezando a acostumbrar, me agrada estar con mi madre pero hay pensamientos y opiniones nuestras que son totalmente tajantes y diferentes a la hora de definir algo, era lo que pensaba mientras volvía al sur, contemplando el cansancio que se veía venir en mis madrugadas y noches en el sur a lo cual únicamente dije "Podría ser peor" mientras me colocaba mis audífonos y empezaba a sonar "On Melancholy Hill" de Gorillaz, pasaban recuerdos fugaces de Alison en mi mente, los desprecios que le hizo a lo que yo le dedicaba con tanto cariño, pero bueno que más da, la felicidad que me da la canción es más fuerte que los oscuros recuerdos casi borrados por el vaivén de la marea.


Sean Felices.

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