Toda era felicidad y diversión hasta el miércoles en la tarde durante mi clase de matemáticas, entró un tipo a interrumpir la clase para enseñarnos a usar una plataforma de la institución, al ser tan repentina su visita creo que nadie estaba al ciento por ciento concentrado en lo que había comenzado a decir, de alguna tontería estaba hablando con mi amigo de al lado y una risa casi desapercibida solté, el tipo muy atento a mí sin esperar me llamó la atención, no hay lío por eso en lo absoluto, estaba en su derecho de hacerlo supongo, un rato después en la clase hicieron un chiste que ni escuché pero todos estaban riendo por ello; con un brazo en el escritorio sosteniendo mi rostro mientras escuchaba el patético sermón sobre comportamiento que le daba a la clase el individuo, de un momento a otro me pide que me salga del salón, le pido una razón y su mediocridad le impide dármela, él tenía que reponer la ridiculización por la que estaba sufriendo y no encontró otra manera que haciéndome perder el tiempo cuando no estaba haciendo absolutamente nada en contra de su discurso (que a nadie le interesaba). Estando fuera aproveché fui al baño y volví a esperarlo en un sillón fuera del salón, ya se había terminado la hora oficial de clase por lo que el tipo salió y le dije -ya puedo entrar?, a lo que responde -Si, desde hace rato, eso solo empezó a encender la chispa de enojo que había intentado controlar durante la espera, -Ahora si me puede dar una razón de porque me ha sacado del salón?, le dije, el tipo me voltea a ver y acto seguido saca un teléfono y comienza a hablar por el siguiendo su camino, ya no controlé mi enojo y fui a perseguirlo, sin salir del edificio le grité -Eso que usted hace si es una falta de respeto, a la próxima no venga aquí a hacerme perder el tiempo. Entré al salón esta vez sin contemplar protocolos de discreción comencé a putear (dicese de insultar) a diestra y siniestra en un tono alto y sin importarme quien estuviera allí, no ví al profesor que aún permanecía allí el cual por respeto yo mismo me hubiera controlado, pero en fin, mis amigos también estaban indignados porque eran igualmente consientes de que me expulsó de la clase sin razón alguna.
Yo soy una persona que evidentemente puedo llegar a ser la más agradable con todo el mundo, lo más buena onda que alguien se puede encontrar, pero cuando comienzan a meterse conmigo de manera directa y afectándome en algo tan importante como lo es mi tiempo (alguna vez le enseñé esta frase a una exnovia: "Valora a quien te da su tiempo, pues nunca lo recuperará") ahí la cosa ya se pone seria, si las cosas persisten puedo llegar a ser lo más fastidioso y desagradable que se hayan cruzado, mi mal humor es un asunto que a veces no controlo sus límites, afortunadamente siempre ando sonriendo y riéndome de la vida, por lo que no le doy mucha importancia.
El Jueves llegaron mis clásicos problemas programados, casi cuatro años en la misma historia, una vez más a madrugar esperando que lo peor no suceda o aún más desagradable, que se sigan aplazando, la historia de todos los meses. Lo típico, se aplazó y yo por estar allí me estaba perdiendo de mis clases en la universidad, cuanto me hubiera gustado haber estado allí que prestándome para las estupideces ya denominadas clásicas de mis padres, luego de escuchar que había sido aplazado todo solo tenía ganas de enviar a la m***** a los jueces, abogados y todo ese circo del que también hacen parte mis dos familias. Estando en mi casa, estaba intentando relajarme y como ya es costumbre las malas noticias sobre lo que estaba haciendo el Visionario Peñalosa con mi ciudad, restando recursos para seguir pavimentando nuestra flora y fauna, deshaciendo los proyectos de Gustavo, etc. Creo que no hay un día en que no meta la pata, pero bueno, todas estas cosas las terminará pagando cuando mi pueblo se canse y empiece a ver con los ojos de la verdad y no la obra teatral que pintan sus medios de comunicación prostituidos.
Para terminar contaré que en un rato me iré a alistar para ir a un parque de diversiones con mi padre, mejor amigo y su novia, tenía rato deseando ir a un lugar así, a ver si me olvido de todos estos pequeños dolores de cabeza y me pongo de vuelta a la carrera de la felicidad.
"Ya nadie puede mis gritos ahogar, pues ayer aprendieron de rabia a nadar"
Sean Felices.
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