lunes, 22 de febrero de 2016

Máscaras Involuntarias

Jamás dejaré de agradecerle a David por enseñarme esta genial banda

Caminando lentamente de vuelta a casa, con el largo que dan mis cortas piernas y el peso que llevan tras el día y las tres horas de sueño, veía la luna llena escondida entre las nubes, siempre he amado el cielo nocturno con sus millones de estrellas y la preciosa luna, un espectáculo que no puede ser disfrutado en un lugar como Bogotá, con tanta contaminación lumínica lo único que deseo cada día es por lo menos poderle echar un vistazo a la Luna, pero esta noche era diferente pues aunque las nubes la ocultaran sentí que pude disfrutar de un bonito paisaje urbano en medio de la noche cosa que nunca antes me había pasado, tal vez la rutina comienza a dejar sus efectos en mi y esté abriendo mis ojos a pequeños detalles que no había querido valorar. Mientras degustaba este momento, pensaba en todas las cosas que me gustaría que pasaran y las que estoy viviendo, no me agrada quejarme pero lo cierto es que la estoy pasando bastante mal mientras intento tomar el control de mi vida nuevamente. Hace dos días hablé sobre dejar de un lado los intentos de ilusiones y amor pero la verdad de mi corazón es más que clara, extraño entregar de pleno mi ser a una persona que llegue a sentir que lo merece, me entristece un poco porque no se hasta cuando seguiré solo, siento que será un largo tiempo en el que la soledad me haga compañía pues día a día las pequeñas puertas que trato de abrir solo parecen asegurarse y hacerse más pesadas para mi pulso. Siento desde hace tiempo que estoy viviendo en una época equivocada para mí, creo que los intereses de las mujeres de ahora están puestos en una dirección muy distinta a la que ven mis sentimientos, muchas personas cercanas a mi a las que les he comentado esto siempre me han dicho que tarde o temprano llegará la indicada, pero ya me estoy cansando de esperar, quiero ser feliz y convencerme de que la vida al lado de otra persona puede ser puramente alegre, olvidar las malas experiencias de mi pasado que dejaron una cátedra pesimista en mi mente, solo quiero eso. 
He estado notando algo en mi últimamente, hay muchas días en los que amanezco con una tristeza y un mal humor bastante desagradable, todo esto desde las 4:30 que despierto hasta que cerca a las 8:00 cruzo alguna mirada o palabra con un rostro conocido en mi universidad, instantáneamente siento como cambia totalmente mi estado de ánimo al alegre Cristian que todos conocen, el gracioso o simplemente el payaso de un centavo. En cuanto siento el cambio no se si reír o ponerme a llorar, llevar involuntariamente ese disfraz en momentos que quisiera desahogarme y contarle todo lo que opaca mi alma a un alguien que deseo esté cerca a mi, pero que con certeza no podría decir si pueda llegar a existir, o más bien desee existir. 
Ahora estoy enfermo, por segunda vez en un mes me ocurre, luego de llevar tal vez más de un año con bastante salud y vitalidad, no se si el estrés me esté llevando a ser propenso a este tipo de cosas, pero es realmente molesto que encima de andar con tantas preocupaciones en mi mente y mi corazón también tenga que preocuparme por mi cuerpo. En estos momentos me contradigo a escritos anteriores y desearía que la vida fuera perfecta o que por lo menos solo tuviera que preocuparme por lo que realmente debo, las angustias y preguntas continuarán así no quiera.
Soy consiente de que pase lo que pase, sea para bien o todo mal lo debo afrontar con firmeza y fortaleza, aunque el amor tarde años en sonreírme de nuevo, es lo que hay.  

Sean Felices.

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