sábado, 27 de febrero de 2016

"¿Quien necesita un mapa?"

Llevo cuatro días enfermo y lo peor no son los dolores de cabeza, ni el agotamiento, ni ningún malestar que esto provoque más que el tener la voz dañada, ha sido una tortura de proporciones inimaginables, el hecho de que me salga una voz de pito o que ni siquiera produzca algún sonido a la hora de hacerlo me ha frustrado bastante, es curioso como esto de cantar se haya vuelto algo que disfrutara tanto... y además no puedo hacer mis clásicos chistes, llegue a exagerar diciéndole a una amiga que sin voz valgo para nada pero bueh, creo que hoy es el último día con la voz así por lo que más tarde será un sábado de canto en mi habitación hasta que tenga que ir a buscar donde quedarme cerca a mi universidad.
Nada mejor que estar en plena calma luego de la tormenta, como ya había contado en mis anteriores escritos me encontraba bastante estresado por no poder tomar el control que quería sobre mi vida y también por estar cometiendo errores que se suponía ya sabía como evadir. No todo parecía ser tan malo o puede que haya mejorado más bien y las cosas se tornaron de un tono muy agradable para mi finalizando esta semana, conseguí el tiempo para hacer lo que quería y tuve notas mucho más altas de lo que esperaba lo cual me motivo muchísimo, tener las oportunidades me incita a mejorar y es lo que deseo ahora, por suerte fue así y no lo que esperaba ya que conociéndome como me conozco el caso hubiera sido opuesto a lo que cuento y estaría ultra negativo con lo que podría venir para mi vida.
Hace un momento que hablaba con David me recordó una palabra que parece haberse esfumado de mi diccionario, la había olvidado completamente y en su momento fue la más resaltada en letras mayúsculas: "Rutina", este año he sentido que cada día ha sido diferente sin excepción y que cada persona y momento que ha llegado a mi vida por pequeño que sea ha sido único, me siento como si estuviera enamorado, alegre hasta de los retos que se me presentan, tal vez siempre esperé que alguien me dijera a donde ir por el miedo a perderme y de nuevo sentir que podría fracasar pero hoy por hoy nada me hace más feliz que recorrer esos laberintos y encontrar la salida por mis propios medios, me hace sentir orgulloso de mi mismo de saber las cosas de las que soy capaz.
Una de las sonrisas más bonitas que he conocido y que ha mantenido indecisa mi curiosidad me ha invitado esta noche a dejar que el tiempo corra y de esta manera llegar tal vez a conocer su cálido corazón para así olvidar esa borrosa imagen indiferente que he adoptado últimamente de ella. Esto solo hizo que llamara más mi atención por ella, por momentos para mi mismo es un poco risible darle tanta importancia a estos sentimientos teniendo en cuenta como las demás personas en general los manejan: sin darle prioridad o siquiera darle posada en el universo del pensamiento, sin tantos rodeos y de manera fugaz. Yo no puedo evitar pensar en cada detalle, en cada posibilidad y en cada descubrimiento que lleve a atraerme más y más pero a la vez pienso que ella lo debe ver ridículo, es algo que no sabré hasta conocerla, como también he dicho lo mejor es dejar que el tiempo lo diga todo, tengo una corazonada y tal vez pronto termine aceptando para mis adentros que ella me gusta y ufff... vaya que a mi diario se le van a acabar las hojas de tanta tinta virtual quemada de llegar a ocurrir tal evento. Hablaría de un par de personas más pero hoy esta página se la lleva solamente la chica de la sonrisa, ya luego hablaré de aquellas otras fronteras que he aceptado con mi viejo conocido reglamento karmático en mano. 



Sean Felices.

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